Autora: Laura Freixas
Ediciones B
ISBN: 978-84-666-6506-3
La escritora Laura Freixas publica ’A mí no me va a pasar’ (Ediciones B), una autobiografía ’con perspectiva de género’ en la que la autora catalana repasa una época de su vida con un matrimonio que termina por no ser lo que había imaginado y donde debe afrontar numerosas dificultades en el mundo laboral, tanto como editora como escritora.
"A la cultura se le ha consentido todo por ese glamour, esa simpatía y esa seducción que tiene ese mundo. Y se ha consentido de una forma acrítica, no digo que haya que prohibir nada, pero deberíamos tener sentido crítico y señalar el machismo de gran parte de la cultura, desde ejecutivos del mundo editorial hasta los contenidos de libros o películas", ha apuntado en una entrevista con Europa Press la autora.
Por ejemplo, Freixas muestra en su libro reuniones de consejos editoriales en los que los directivos lanzan frases ofensivas para la mujer mientras están decidiendo sobre la publicación o no de una obra. Estas situaciones coinciden con momentos importantes de su vida personal, como cuando tuvo que decidir si dejar el trabajo para acompañar a su marido a otro país —cosa que finalmente hizo—.
Usando como material de documentación sus diarios, Freixas habla de unas experiencias vitales que hoy cree "viviría de manera muy distinta". "En un diario, una se va buscando, pero con la autobiografía se escribe un relato lineal con una determinada comprensión de las cosas", ha señalado.
MATRIMONIO Y MATERNIDAD
Así, preguntada sobre aquellas cosas de las que no volvería a hacer y que ocurrieron en esa época, la autora se muestra convencida en cambiar decisiones personales relativas al matrimonio. "No aceptaría tan pasivamente esa distribución de roles ni daría tan fácilmente un paso atrás en mi carrera para ocuparme de la casa y los hijos", ha defendido.
De hecho, Freixas apunta a la manera en que "siempre se ha vendido el ’pack’ de la maternidad, como si solo hubiera una forma de ser madre", algo que a su entender está cambiando. "Me rebelo contra ese hecho de que solo haya una figura de madre y no puedas elegir otra: ser la que tiene contacto cotidiano físico y emocional con los hijos, mientras ser padre es una cosa más distante y menos fatigosa. Afortunadamente, ahora están surgiendo nuevos discursos, como los de Nuria Labari o Ada Castells, entre otros", ha señalado.
EL ’ME TOO’ Y EL FEMINISMO
En cuanto al avance de los derechos de la mujer en estas últimas décadas, la escritora cree que se ha conseguido mucho gracias a movimientos como el ’Me too’, al tiempo que califica como "indignante" que se cuestione todavía a las mujeres en casos de denuncia por acoso sexual.
"Cuando se descubre esto, a algunos lo que les preocupa es la presunción de inocencia de los caballeros acusados, cuando vemos muchos casos de mujeres que no se atreven a denunciar porque nadie las va a creer. No digo que no pueda haber alguna mujer que se aproveche y otro sea acusado injustamente, eso entra dentro de lo posible, pero debería preocuparnos más lo otro porque hay muchos más casos", ha defendido.
Freixas termina recordando que a las nuevas generaciones "evidentemente también les van a pasar" cosas similares a las contadas en su autobiografía. "De distintas maneras, porque el patriarcado es una cosa muy antigua y muy compleja y está en todas partes. Ahora se ha reinventado y se ejerce mediante consentimiento, seducción y tentación", ha concluido.
Por Celeste López. La Vanguardia
Lo que Laura Freixas (Barcelona, 1958) ha hecho en A mí no me iba a pasar (Ediciones B) es algo más que una narración literaria. Es un ejercicio de desnudo (casi) integral, sin tapujos, sin miedos, sin victimismo ni culpabilidad. Sólo el profundo deseo de entender cómo fue posible que una joven feminista con formación que tenía muy claro que no iba a seguir los pasos de su madre (ama de casa, cuidadora y subordinada a su marido) acabó convertida precisamente en una “maruja de lujo”, en sus palabras. No. Creo que los hombres tienen el poder y eso se manifiesta en muchos aspectos. La maternidad es un factor más. Hay una apariencia de igualdad en las parejas que en cuanto empiezan a vivir juntas se va desvaneciendo. Según en qué lugar estés del patriarcado, la manifestación inmediata de la desigualdad es una u otra. Por ejemplo, para una prostituta, la maternidad no es la clave de todo. En mi caso, tanto con mi marido como con mi amante, esa apariencia de igualdad se deshace cuando hay un conflicto y en ese conflicto el que decide es el que tiene el dinero. Son esas dos frases: “No será con lo que tú ganas”, que dice mi marido, y “prefiero pagar”, que dice mi amante.
¿Por qué A mí no me iba a pasar y por qué ahora?
Porque es una etapa cerrada en mi vida, desde que conozco al que iba a ser mi marido hasta que nos separamos (1985-2003), que ha quedado atrás y que me permite hablar de esa Laura como si no fuera yo. Necesitaba escribirla. Y no lo veo tanto como un proceso de desnudez personal sino como de interrogación colectiva. Creo de verdad en eso que decía Víctor Hugo, “cuando hablo de mí, hablo de vosotros”.
¿Ha descubierto por qué dejó de lado su carrera profesional para dedicarse a su marido y a sus hijos pese a que su deseo era otro?
Es que tal y como ahora lo entiendo, a las mujeres nos exigen dos actitudes que son incompatibles y contradictoras. Por un lado, como ciudadanas en un país capitalista y democrático, el mensaje es que tú puedes, tus sueños por encima de todo, sé independiente. Por otro, en tanto que mujeres en el patriarcado, es sacrifícate por los demás, crea buen ambiente en casa, sé el soporte de tu familia. Lo que nosotras vivimos como un problema de organización, en realidad es un problema de una incompatibilidad radical. Y eso lo descubro con la maternidad. Y esas dos esferas se van separando y vas intentando vivir las dos, pero es muy difícil…
Pero usted era una mujer culta, con buena formación, había vivido en el extranjero, su familia tenía dinero...
Yo también creí que como universitaria, como feminista y como escritora a mí no me iba a pasar. Yo creía que el mundo de la cultura estaba por encima del género, pero cuando eres mujer te das cuenta de que no es así.
¿Fue consciente de que día a día iba perdiendo terreno a favor de su ex marido?
Todo eso ha sido una reflexión a posteriori. Es cierto que siempre he sentido una inquietud en mi interior, pero no lo articulaba. Me doy cuenta ahora, por ejemplo, que esa cena con mis padres en su casa de la costa Brava cuando me ofrecen pagarme 50.000 pesetas a cambio de no ir a trabajar ese verano a Madrid para que me quede con ellos, no es una mera anécdota. Es una acción cargada de significado: tu papel, lo que esperamos de ti y por lo que te vamos a recompensar es que te dediques ante todo a la familia y a las relaciones personales.
¿Por qué aceptó?
Por cobardía y pereza. Luchar contracorriente es muy cansado y te vas dejando.
¿La maternidad es el factor que acaba lastrando la igualdad de la pareja?
¿Esas frases se siguen oyendo hoy en día?
No lo sé. Pero soy muy optimista. Hay muchas mujeres de todas las edades muy concienciadas, que luchan, reflexionan, se posicionan. He visto un gran avance...Pero el patriarcado se reinventa constantemente.
¿Cómo?
Por ejemplo con el mito de la libre elección, con la pornografía, con el mito de la libertad sexual cuando en realidad sabemos que es una imposición.
¿La incursión de la ultraderecha puede rearmar al machismo?
Rearmar el machismo y también al feminismo. Creo que estamos en un momento en el que la batalla entre machismo y feminismo se está agudizando. Era inevitable que sucediera. Como dicen algunas feministas, el machismo reaccionó porque las mujeres estaban consiguiendo avances. Lo vamos a conseguir igual, pero no será fácil.
¿Cómo debe reinventarse el feminismo?
Hay que seguir reflexionando y analizando nuevas realidades como, por ejemplo, esas nuevas costumbres sexuales. Hay que desmontar el mito de la libre elección, esa frase de que ‘lo hace porque quiere’ es una manera a la vez de negar todas las circunstancias en las que la mujer elige.
¿Hablamos de prostitución?
Sí, pero también de gestación subrogada o dejar de trabajar para criar a tu hijo, como me ocurrió a mí. También decir que una mujer se hace una operación estética porque quiere. No es sólo que haya una presión social, es que también se le exige para tener un desarrollo profesional (ser joven y guapa o, al menos, parecerlo). Con la libre elección se intenta cerrar cualquier conversación: lo hace porque quiere y punto. La palabra libertad está llena de trampas.
Se divorció y años después, una pareja con la que convive. ¿Ya no le volvió a pasar?
Ni mucho menos. Creo que es más fácil una pareja igualitaria cuando no hay hijos en común, ni propiedades en común y la carrera profesional de cada uno ya está hecha y nadie tiene que sacrificar nada. Además, ya no necesito protección.
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