Por Lola Pérez Carracedo
Marsella fue este fin de semana la ciudad de las Mujeres. Esta villa portuaria francesa acogió la Marcha Mundial de las Mujeres 2005.
La Marcha fue el colofón de una serie de encuentros en foros temáticos simultáneos sobre Sexualidad, Paz y Conflictos, Precariedad y Empleo, Poder e Igualdad y Violencia de Género. Como advirtió una de las ponentes era demasiada ingenuidad pretender acordar estrategias sobre temas tan vitales en tan sólo una mañana pero los debates enriquecieron la visión de las mujeres presentes y se produjo un encuentro siempre necesario.
El debate sobre la ausencia del punto de vista de las mujeres en el Tratado de la Constitución Europea, que sería rechazada por la ciudadanía francesa al día siguiente, marcó el foro sobre Poder e Igualdad bajo las críticas de que se trata de un texto patriarcal y neoliberal. Las intervenciones reclamaron una Europa de paz, que garantice el empleo y en donde se garanticen los derechos de las mujeres.
Testimonios de mujeres portuguesas, andorranas, griegas o francesas hicieron avanzar el debate centrado en tres puntos básicos: paridad, ejercicio del poder por las mujeres y laicidad.
Impresionante fue la intervención de una compañera polaca que se lamentó de la asfixia en que la Iglesia Católica sume a las mujeres en su país apoyadas por los y las diputadas liberales a los que la Iglesia ha prometido a cambio de rechazar legislar el derecho al aborto apoyar las políticas capitalistas. Bajo el eufemismo de "culttura del amor" el poder católico impone desde las escuelas el rechazo a métodos anticonceptivos, a la homosexualidad, al aborto, al divorcio... Las feministas polacas denunciaronn a los fundamentalistas cristianos y clamaron por el apoyo de las mujeres europeas.
Las compañerass suecas (en boca de un hombre que acudió a representarlas)presentaron la propuesta de creación de un Partido Feminista. Afirman que todos los partidos consideran que defienden los derechos de las mujueres pero es un asunto secundario y los debates políticos son manejados por los varones. Por ello se ha creado la Plataforma de Iniciativa Feminista.
En el debate sobre el laicismo se escucharon las voces de mujeres marroquíes y argelinas que reclamaron la separación iglesias y estado ya que la religión implica racismo y xenofobia. También se escuchó a mujeres de origen árabe debatir sobre el velo islámico y sobre la abolición del Código de Familia argelino.
En Paz y Conflictos, intervinieron distintas mujeres víctimas de conflictos, donde destacó la delegación chipriota formada por mujeres griegas y turcas que quieren vivir en paz en un mismo territorio.
El foro de Sexualidad se centró en exclusiva en el aborto pero la intervención de un varón defendiendo la postura de la Iglesia Católica frustró un espacio que debía ser de las mujeres y para las mujeres.
Bajo un sol mediterráneo las calles de Marsella se llenaron de colores y de lemas, de voces de mujeres: el morado, solidaridad entre mujeres, lenguas distintas, cantos... Tres horas de marcha de 10.000 mujeres bajo la lucha común contra la pobreza y la violencia pero con cientos de exigencias y reivindicaciones. Allí estaban representadas colectivos como Mujeres de Negro, Colectif 13 o Femmes Solidaires, sindicalistas y pacifistas. Del estado español hubo una nutrida representación de compañeras de Euskadi, Galicia, Valladolid, Cataluña y Madrid.
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