Amira Hass
Texto recibido a través de la red de Mujeres de Negro...
A las 3,19 de la tarde del domingo, podía oírse por el teléfono el ruido de un misil que se acercaba. Y luego otro, acompañado por los gritos de miedo de los niños. En el barrio de Tel al-Hawa de la ciudad de Gaza las torres de pisos se hacinan unas contra otras, con docenas de niños en cada edificio, cientos en cada manzana.
Su padre, B, me indica que está saliendo humo de la casa de su vecino y termina la llamada. Una hora más tarde me cuenta que fueron alcanzadas dos viviendas. Una estaba vacía y no sabe quien vive en ella. La otra, en la que se registraron víctimas, pertenece a un miembro de una célula que lanza cohetes, pero no ocupa un lugar destacado o de importancia.
Al mediodía del domingo, las fuerzas aéreas israelíes bombardearon un complejo que pertenece al Servicio de Seguridad Nacional de Gaza y dentro del cual se encuentra la prisión principal de la ciudad de Gaza. Como consecuencia murieron tres prisioneros. Dos eran al parecer miembros de Fatah; el tercero sufría condena por colaborar con Israel. Hamás había evacuado la mayor parte de las demás prisiones de Gaza, pero pensó que ésta sería segura.
A las 12 de la mañana del domingo, una llamada telefónica despertó a S. “De todas formas no estaba durmiendo”, dijo. “Cogí el auricular y oí un mensaje grabado en árabe: Le prevenimos de que bombardearemos la casa de quienquiera que tenga armas o municiones en la vivienda”.
Tres miembros de una familia del vecindario resultaron muertos, todos eran jóvenes de veintitantos años. Ninguno tenía armas ni municiones; simplemente estaban paseando por la calle cuando las fuerzas aéreas israelíes dispararon una bomba contra un coche que pasaba por allí. Otro vecino perdió a una hija de 16 años y su hermana resultó gravemente herida. La aviación ha bombardeado un edificio que antes alojaba al Servicio de Seguridad Preventiva de la Autoridad Palestina y cuya escuela se encontraba colindante con él.
S. vio las consecuencias de algunos de los bombardeos del sábado al visitar a un amigo cuya oficina está ubicada cerca del cuartel de la policía de la ciudad de Gaza. Entre los que murieron en este ataque figura Hassan Abu Shnab, el hijo mayor del antiguo dirigente de Hamás Ismail Abu Shnab.
Abu Shnab senior, a quien Israel asesinó hace cinco años, fue uno de los primeros políticos de Hamás en hablar en favor de una solución de dos estados. Hassan trabajaba como empleado de la universidad local y tocaba en la banda de la policía por afición. Estaba tocando en una ceremonia de graduación de la policía el sábado cuando impactó la bomba.
“Allí murieron setenta policías, no todos eran miembros de Hamás”, dice S. que es contrario a Hamás. “E incluso quienes apoyaban a Hamás eran jóvenes en busca de trabajo, de un salario. Querían vivir. Y por eso murieron. Setenta de un golpe. Este ataque no es contra Hamás. Es un ataque contra todos nosotros, contra toda la nación. Y ningún palestino va a aceptar que su pueblo y su patria sean destruidos de esta manera”.
Traducción del inglés: Martín Alonso
http://www.haaretz.com/hasen/spages/1050688.html
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