Son botines de guerra, esclavas sexuales ó un “bono”
Por Miriam Ruiz, enviada Nueva York (CIMAC).- Alejada de su característica diplomacia, Carol Bellamy, directora saliente del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF) rechazó la apatía que rodea a mujeres y hombres de poder para evitar la violación de niñas en medio de conflictos armados.
En un contexto donde la Organización de las Naciones Unidas (ONU)ha sido señalada por las agresiones sexuales cometidas por cascos azules, Carol Bellamy afirmó que la ONU tiene responsabilidad no solamente para atender a los hijos que los agresores abandonan a su paso, sino para prevenir que las agresiones ocurran.
En conferencia de prensa sobre su balance a diez años de la Cuarta Conferencia de la Mujer, Bellamy consideró que hoy el tema más importante sobre la situación de las niñas en el mundo es el uso de ellas como botines de guerra, esclavas sexuales y en algunos ejércitos, como una especie de bono por buen desempeño.
La agresión sexual a niñas y adolescentes se utiliza como una táctica para desmoralizar y humillar a las comunidades, detalló.
Lo más grave es que mientras hay programas para rehabilitar a los niños soldados, poco se hace para prevenir las agresiones sexuales a las menores.
"He sido acusada de ser una feminista radical y de dar preferencia a las niñas indicó la funcionaria de origen estadounidense, cuyo mandato frente a UNICEF coincidió con los primeros diez años de la Plataforma de Acción signada por 186 países a favor de las mujeres y con un capítulo especial sobre las niñas.
Pedir acciones para proteger a las niñas en contexto de guerra "no son actos radicales sino de humanidad básica", sostuvo.
Rima Salah, directora para África Central y Oriental de UNICEF, añadió que desde Liberia a la República del Congo hay conflictos con un hilo común: la guerra, que es particularmente brutal si eres mujer.
En el Congo, donde se usa la violación como arma de guerra, èsta se convierte en una sentencia de muerte puesto que 27 por ciento de las mujeres agredidas son seropositivas. En Sierra Leona casi 60 por ciento de menores secuestrados eran niñas que se hallaban como "esposas" de los soldados.
"Esta forma de violencia no es colateral", dijo Rima Salah es un crimen de guerra por el que los agresores deben ser juzgados bajo la ley internacional y debe cambiar el interés por los derechos humanos y la dignidad.