Las cinco feministas detenidas desde hace más de un mes por la policía china han quedado en libertad. A la medianoche, al límite del plazo con que contaban los fiscales para decidir si las llevaban a juicio, la policía de Hangzhou convocaba a la comisaría al marido de Wu Rongrong para entregársela. Poco antes había sido excarcelada Li Maizi. Wei Tingting, Zheng Churan y Wang Man habían sido las primeras en recibir el aviso de su puesta en libertad, apenas unas horas antes.
Todas ellas quedan en libertad condicional, según han precisado sus abogados. Estarán vigiladas por la policía durante un año. Su libertad de movimientos estará limitada y podrán ser llamadas a comisaría en cualquier momento. “A los ojos de la policía, siguen siendo sospechosas... tendrán que mantener al tanto con regularidad a las autoridades sobre su paradero”, declaró el abogado de Wu Rongrong, Liang Xiaojun, citado por la agencia AFP.
Las activistas, de 25 a 32 años, preparaban una campaña de reparto de pegatinas contra el acoso sexual, que debía coincidir con el día internacional de la mujer. Nunca llegaron a poder llevarla a cabo. Fueron detenidas el fin de semana previo. Wu y Zheng, residentes respectivamente en Hanzhou y Cantón, fueron trasladadas a Pekín. Wu, que padece una enfermedad crónica del hígado, y Wang, con problemas cardiacos, requirieron hospitalización. Inicialmente fueron tratadas como sospechosas de “buscar peleas y provocar problemas”, una acusación que la policía china suele presentar contra los disidentes. Más tarde, el cargo cambió a organización de “reunión ilegal”. Ambos pueden suponer una pena máxima de cinco años de prisión.
El arresto de las cinco feministas hizo saltar las alarmas sobre el aumento de la represión de un Gobierno chino que, desde la llegada al poder de Xi Jinping hace dos años, ha endurecido fuertemente los controles sobre la sociedad civil.
Según explicó Sophie Richardson, directora para China de Human Rights Watch, en un comentario vía correo electrónico, la excarcelación de las cinco "es una noticia muy bienvenida, aunque está claro que nunca debieron quedar detenidas, en absoluto. Y el alivio por su liberación se mezcla con la profunda preocupación por que tantas otras voces afrontan acoso, intimidación, arresto y persecución simplemente por decir lo que piensan de manera pacífica. Este caso, y muchos otros, permanecerán como manchas indelebles en el ya deplorable historial de derechos humanos de China".
De hecho, al tiempo que se conocía la puesta en libertad de las cinco feministas se confirmaba que el viernes tendrá lugar el juicio contra la veterana periodista disidente Gao Yu, de 70 años, acusada de filtrar un documento confidencial del Partido Comunista a una organización extranjera.
La detención de las cinco activistas ha suscitado la condena internacional y la movilización de feministas en todo el mundo para reclamar su libertad. Tanto la Unión Europea como EE UU habían exigido su puesta en libertad inmediata sin cargos. El viernes, el secretario de Estado, John Kerry, afirmó lo siguiente: “Cada uno de nosotros tiene el derecho de hablar contra el acoso sexual y las muchas otras injusticias que millones de mujeres y niñas padecen en todo el mundo diariamente. Apoyamos firmemente los esfuerzos de estas activistas para lograr progresos en estos temas tan desafiantes, y creemos que las autoridades chinas deberían también apoyarlas, no silenciarlas”.
Las cinco formaban parte de un pequeño, pero muy dinámico hasta ahora, círculo de activistas contra la discriminación femenina. Li, en particular, había encabezado hace tres años una campaña para exigir más lavabos públicos para las mujeres. El año pasado protestó, vestida de novia ensangrentada, para denunciar la violencia dentro del matrimonio, que según los datos oficiales chinos afecta a una de cada cuatro mujeres.
El fin de semana, en vísperas de que se cumpliera el plazo para la decisión de los fiscales, las familias de las cinco detenidas habían escrito una carta abierta a las autoridades chinas en las que recordaban que en ningún caso el activismo de las jóvenes había tenido carácter político.
“El comportamiento de las cinco es razonable y legítimo. Tienen muy buena imagen en la sociedad y la gente las quiere. Cuando pensamos en ellas, ciudadanas respetuosas de la ley y buenas personas, pero que llevan detenidas más de un mes, no podemos evitar sentirnos airados”, indicaba la misiva. “Mantenemos nuestra creencia de que las cinco son inocentes. Oponerse al acoso sexual es legal. Proteger los derechos de la mujer es legal. Apoyar la igualdad entre hombres y mujeres es legal”.