Por Lucas Martín
No hace falta doctorarse en criminología para intuir que en títulos como "Yo lo mato" o "La mataré" late algo más que la indolencia propia de las tonadas veraniegas, o al menos, eso es lo que el periodista Antonio Díaz denuncia en su repertorio de anécdotas sobre pasajes denodadamente machistas de la música en castellano.
Desde las guajiras a la copla, las composiciones musicales no han sabido sustraerse a actitudes sexistas, según explica Díaz, que en un trabajo sobre las letras de canciones ha localizado algunas tan virulentas como "los celos me estaban cegando/no sé como pude contenerme/y no la maté", extraída del tango "Tomo y obligo", escrito por Manuel Romero e interpretado por Carlitos Gardel.
Con el micrófono desde un programa musical que emite RNE y a través de conferencias, Díaz muestra al público su inventario de fragmentos con el fin de subrayar la doble moral de nuestros días y dejar al desnudo el aparente tono seráfico de la cultura de masas, según dijo a Efe.
Para ello, registra piezas de todas las latitudes en las que aparecen señalados autores clásicos de diferentes sensibilidades como el cubano Daniel Santos, considerado "el Frank Sinatra del Caribe", que recibió el apelativo popular de "boss" mucho antes de que Bruce Springteen comenzara a reinar en el rock.
Tampoco está exento de "lindezas" el salsero Ismael Rivera, que en su éxito "Si te cojo" entonaba aquello de "si te cojo te empiezo a dar piñadas/no mires a otro/no te lo voy a consentir", una estrofa que bajo la tibieza de caderas y trompetas incluía un coro que repetía alegremente "si te cojo/te doy, te doy".
Con permiso del tango de Gardel, que recomendaba con absoluta liviandad cosas como no hablar de las mujeres "porque dan muy mal pago", la tradición española también detenta un acusado porcentaje de mensajes violentos dirigidos a las mujeres.
Coplas como "La Bien Pagá" u "Ojos verdes", "en la que la mujer aparece apoyada en el quicio de la mancebía esperando la mejor oferta", se pueden amarrar perfectamente a la siniestra crónica con corazón de charanga elaborada por Díaz.
Lamentablemente, para pocas charangas debía de estar Cecilia cuando cantaba un "Ramito de violetas" que en plena dictadura del general Franco "insinuaba con cautela, para no despertar las suspicacias de la censura, un caso de malos tratos", conjeturó el periodista.
Mucho más explícito se mostró décadas más tarde el popular rockero Loquillo, que en "La mataré" escribió "atrocidades" tan conspicuas como el flequillo que popularizó su imagen, caso de "quiero verla entre los muertos/que no la encuentre jamás/porque sé que la voy a matar".
Un fenómeno actual como el "reaggeton" también aglutina numerosos ejemplos de canciones "en las que las mujeres son tratadas como meros objetos" y de videoclips, que Antonio Díaz califica "de juzgado de guardia".
En este sentido, explicó que algunos de los éxitos de este estilo "fueron vedados en sus países de origen", cosa que no sucede en España, "porque aquí se deja pasar todo bajo la premisa del exotismo".
Sobre la causa de la abundancia de este tipo de letras, Díaz remite a reflexiones como que "la mayoría de los compositores han sido y son hombres" y arremete contra las instituciones, a las que acusa de escamotear la protección a las mujeres maltratadas.
"*Existe en la práctica infraestructura y hay disposición oficial para atajar el problema?", se pregunta el periodista, que recuerda que la violencia doméstica prolifera en toda clase de entornos sociales.
Fuente: EFE