Por María de la Luz González / CIMAC
La indignación por los feminicidios en Ciudad Juárez, Chihuahua, tomó un nuevo rostro, el de cientos de niñas y niños que protestaron por los asesinatos de las más recientes víctimas, las niñas Airis Estrella Enríquez Pando y Anahí Orozco Lorenzo.
Acompañados de sus padres y madres, así como de profesores cientos de estudiantes de nivel básico salieron a las calles para exigir a las autoridades que pongan un remedio definitivo a la situación.
La manifestación se realizó en la zona sur oriente de Ciudad Juárez, donde los menores tomaron durante casi una hora la calle Compositores.
Portando moños de color rosa y negro por la muerte de las niñas, las y los niños exigieron justicia y que las autoridades garanticen la seguridad al estudiantado dentro y fuera de las aulas.
Un grupo de alumnos y alumnas de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez se sumó a la manifestación, en la cual manifestaron la ineficiencia policiaca y la falta de seguridad en las calles.
Estudiantes del programa de Turismo llegaron a la vivienda de Anahí, donde se solidarizaron con su madre y le entregaron un donativo recolectado entre sus compañeras. Itzel Valenzuela señaló que el objetivo de la protesta fue crear conciencia entre la comunidad estudiantil de la Universidad y la ciudadanía, para evitar que se vuelvan a repetir estos crímenes.
Los estudiantes explicaron que pidieron permiso a los directivos de la institución para portar los moños, que el color rosa es para recordar a Anahi y Airis y el negro para expresar el luto por el ultraje y el asesinato de ambas.
EXIGEN JUSTICIA ORGANIZACIONES
Por otra parte, siete organizaciones civiles encabezadas por Nuestra Hijas de Regreso a Casa manifestaron en una carta abierta a las autoridades de Chihuahua su indignación por el asesinato de la niña Airis Estrella Enríquez y solidarizaron con la familia de a menor.
Las activistas cuestionaron la falta de sensibilidad de las autoridades estatales que atribuyen la responsabilidad de los asesinatos de niñas y mujeres a las familias por la supuesta ausencia de valores.
En la misiva criticaron también la reiterada negativa de las autoridades de calificar los crímenes como feminicidios, catalogándolos sólo como homicidios.
En la carta critican la poca responsabilidad de las autoridades estatales y su falta de ética al mencionar públicamente a un sospechoso sin tener las pruebas suficientes. "Si resulta inocente ¿cómo resolverán el desprestigio causado?", cuestionaron.
Las organizaciones reconocen que el problema de la violencia contra las mujeres es un asunto de toda la ciudadanía y no sólo de la policía.
Sin embargo, rechazaron que la responsabilidad se traslade a la comunidad con el argumento de "perdida de valores" y se olvide que en un estado de derecho, la seguridad es de exclusiva incumbencia de las autoridades y los gobiernos.
Este -señalan las organizaciones- es el momento para que las autoridades den muestra fehaciente de una nueva era en la impartición de justicia en Chihuhua y que las investigaciones se conduzcan con parámetros técnicos, académicos y de profesionalismo.