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Carlota Coronado: "Mejor que una chica lleve una camiseta que diga "Soy feminista" o "Girl Power" a otras camisetas como las que vendía Inditex hace unos años que decían "Kiss Me, Kill Me"

Por María Cristina Sánchez Gordo

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Carlota Coronado Ruiz (Madrid, 1978) es una realizadora y productora de cine española. Desde 2007 es profesora en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, inicialmente en el departamento de Historia de la Comunicación Social y desde 2017 en el departamento de Periodismo y Comunicación Global.

Es socia fundadora de Zampranò Producciones Cinematográficas, una productora audiovisual italo-española que se estableció en Madrid en el año 2007 de la que es coordinadora de proyectos, directora y directora de producción junto a Giovanni Maccelli.

Entre los trabajos que ha producido y en los que ha colaborado se encuentra “Juan y la nube” ganador del premio Goya 2015 al mejor cortometraje de animación.

Autora de varios estudios sobre la relación entre historia y cine, en los últimos años su trabajo se ha centrado en el estudio de la representación de la historia en la televisión.

Alterna su trabajo como docente e investigadora con la producción de cortometrajes y obras audiovisuales. En los últimos diez años, los cortos producidos por Carlota Coronado han participado en más de 800 festivales de todo el mundo y han obtenido más de doscientos premios en festivales internacionales, algunas tan prestigiosos como el Goya 2015 al Mejor corto de animación "Juan y la nube".


¿Qué piensas sobre el machismo en plataformas como Internet? ¿Prima de la misma manera que en nuestra sociedad?

En Internet hay una sensación de libertad que permite a mucha gente utilizar la red para ofender, linchar o extorsionar a otras personas con total impunidad. Se utiliza el anonimato para insultar o machacar online a quienes piensan de forma diferente y en este sentido, las mujeres suelen ser las principales víctimas. Periodistas feministas, blogueras o simplemente chicas que se declaran feministas o que opinan sobre algo, son atacadas a través de la red. Algunas periodistas prefieren incluso mantener el anonimato y usar pseudónimos, no dejar ver en la red ninguna imagen suya para evitar ataques contra ellas.

Muchas chicas han recibido ataques continuos a través de redes sociales por el simple hecho de ser chicas (desde chicas que juegan a videojuegos y son atacadas o acosadas por otros jugadores simplemente por ser chicas, a otras que hacen uso de su libertad de expresión y critican actitudes machistas). Algunas tienen incluso que borrar su perfil para acabar con estos ataques.

Creo que Internet ha sido una herramienta fantástica y fundamental para el actual auge del feminismo, pero a la vez también ha potenciado el machismo. En Youtube se pueden ver vídeos de hombres insultando a mujeres e incitando a la violencia contra ellas, youtubers machistas que influyen muchísimo en los seguidores más jóvenes o videojuegos en los que no sólo aparecen mujeres como objeto sexual sino que también se las puede matar, atropellándolas o pegándoles un tiro en la cabeza.

El sensación de libertad que da la red se vuelve contra muchas mujeres porque al sufrir ataques a través de las redes sociales, deciden cerrar sus perfiles y entonces el silencio es lo único que queda. Es otra forma de violencia y de machismo.

Esto no es algo exclusivo del machismo. En Internet también hay continuos ataques por la ideología política o por otros motivos (xenofobia, homofobia, etc.), pero en el caso de los ataques a las mujeres es muy evidente: foros donde se difunden mensajes machistas, se incita al odio, a la violación y a la violencia contra las mujeres están a la orden del día. Y todo ello por la sensación de anonimato e impunidad que ofrece la red.

El otro día escuche en la calle algo tal que así… “El machismo oprime al hombre” ¿Qué piensas sobre eso?

El machismo oprime al hombre también. El machismo defiende un modelo heteronormativo y todo lo que se sale de ahí, se rechaza. Además, el machismo no sólo establece los roles y de comportamiento y estereotipos femeninos, también los masculinos: ser duro, no hay que llorar, hay que ser un macho conquistador, fuerte, etc. A los hombres no se les permite la debilidad, ni llorar ni ser emocionales. Hace unos años leí un artículo en el que la autora decía que los hombres viven en una "jaula de oro": el machismo también les tiene encerrados, pero esa jaula es de oro porque dentro se encuentran muy cómodos y con muchos privilegios y es difícil querer salir de esa jaula. Aun así, hay otros modelos masculinos que rompen con esos barrotes dorados: hombres comprometidos con la paternidad, que creen en la corresponsabilidad, que quieren estar más tiempo con sus hijos porque lo consideran importante para su felicidad y su realización personal... Hombres que no se encuentran cómodos en las ideas binarias del machismo, en el modelo de lo que significa ser un hombre y que quieren romper con esa opresión del machismo sobre ellos. Evidentemente que el machismo afecta a los hombres, aunque claramente no con tanta intensidad como a las mujeres.

¿El machismo es fruto de la sociedad capitalista?

El machismo existe antes que el capitalismo, por lo cual no se deriva del capitalismo, pero bien es cierto que el capitalismo alimenta el machismo. Determinados modelos, estereotipos y comportamientos se potencian con el capitalismo, así como las desigualdades y la falta de oportunidades. El capitalismo no ayuda a conseguir la paridad salarial, es más, durante décadas se ha aprovechado del menor salario de las mujeres para conseguir más beneficios. Además, muchas industrias como la cosmética se benefician y a la vez potencian el machismo: las mujeres en Estados Unidos gastan anualmente en cosmética más de lo que gastan en educación. El ideal de éxito dentro del capitalismo para las mujeres pasa por la belleza y esa se consigue gastando dinero en cosmética ante el miedo a envejecer o estar fea. Pero lo mismo ocurre en la industria textil o con los juguetes: se vende más si hago juguetes para niños y para niñas o ropa para niños y para niñas. La diferenciación hace que en las familias con más de un hijo o hija se tengan que comprar cosas de diferentes colores para cada hijo o hija, por lo que aumenta el consumo.

Por otro lado, el capitalismo potencia las desigualdades y la falta de oportunidades entre hombre y mujer. Dentro del capitalismo no entran las lógicas de conciliación familiar (desde aumento y equiparación de bajas maternales y paternales, flexibilización de horarios, políticas de conciliación para ambos progenitores, guarderías en los lugares de trabajo, etc.). Todas las políticas son costosas y las empresas no las quieren asumir porque podrían suponer una pérdida de beneficios. En realidad no se dan cuenta de que los trabajadores y trabajadoras felices, que no van estresados, sino que pueden compatibilizar la vida personal con la laboral, son más productivos y eso beneficia a la empresa.

¿Piensas que el movimiento feminista a veces se está convirtiendo… en una moda/rol que mucha gente sigue sin conocimiento? Lo digo porque vemos que el feminismo está siendo mercantilizado por marcas y que al final como cualquier moda sea algo pasajero o temporal.

Creo que calificar el feminismo como una moda es una manera de desprestigiarlo. Siempre se ha intentado desacreditar un movimiento social que ha traído a nuestra sociedad muchísimo progreso. En el imaginario colectivo el feminismo ha tenido siempre unas connotaciones negativas. Cuando preguntabas hace años a muchas mujeres si se consideraban feministas, te decían que no, que ellas creían en la igualdad, pero no en el feminismo (que quiere decir igualdad). Se ha vendido la imagen del feminismo como algo de locas radicales. Sin embargo, en estos años estamos viendo cómo muchas mujeres han encontrado un sentimiento común: cosas que hasta el momento no identificaban como machismo, las han percibido como una violencia, y lo han contado. La mayor parte de las mujeres alguna vez en su vida ha sentido miedo al volver al casa o le han metido mano en el metro o el bus, etc. Esos sentimientos comunes han hecho que muchas mujeres tomen conciencia: no sólo me pasa a mí y yo no tengo la culpa. El compartir (gracias a las redes sociales) esas experiencias comunes ha creado un sentimiento común y ha hecho que muchas chicas se declaren feministas y tomen conciencia de las desigualdades, se interesen de los problemas que tenemos todas y que luchen para acabar con ellos. Al tomar tan grandes dimensiones como se vio en la manifestación del 8 de marzo a algunos les da miedo y, como ya no estamos locas, ahora resulta que el feminismo es una moda pasajera. Es verdad que algunas marcas o tiendas de ropa se han subido al carro para vender camisetas, pero mejor que una chica lleve una camiseta que diga "Soy feminista" o "Girl Power" a otras camisetas como las que vendía Inditex hace unos años que decían "Kiss Me, Kill Me". Prefiero que se comercialice una frase o un eslogan que visibiliza un movimiento, aunque eso suponga mercantilizarlo. La visibilidad es buena y sobre todo si son mensajes de empoderamiento.

¿Dónde están los limites de los micro machismos y hasta qué punto se han de vetar tanto para mujeres y hombres?

Cuando se habla de micromachismos se dice que son actitudes o comportamientos que se encuentran diariamente pero que son casi invisibles o de los que no nos percatamos. Yo creo que ponerle la palabra "micro" a algo que es machismo es no darle la importancia que sí tiene. Si cada vez que vamos al baño en un bar o restaurante el cambiador de pañales está en el baño de mujeres, no creo que sea algo "micro", porque está afirmando la responsabilidad de las mujeres en lo referente a los hijos y sus cuidados. Esto, como cualquier otro tipo de gestos o comentarios, que evidentemente no son cosas que supongan una fuerte discriminación, pero sí que configuran un pensamiento porque ocurren cada día.

Creo que para que desaparezcan no es tanto cuestión de prohibir como de educar. Los cambios relacionados con la igualdad, como con otros valores como el respecto al medio ambiente, por ejemplo, se van viendo de generación en generación. Para nuestros padres reciclar no está todavía en el ADN y para nosotros es algo que hacemos como normal porque vemos raro no reciclar. Espero que con los temas de género pase lo mismo en las siguientes generaciones: que vean con normalidad determinados roles o comportamientos que todavía están limitados por el machismo.



2018-12


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