No tengo nada nuevo que contar sobre este tema, por lo que reproduzco aquí una parte de un artículo escrito ¡en el año 2005! ¡Cómo pasa el tiempo!
(…)
Los objetivos de nuestra reivindicación han sido, desde el inicio, abogar por un régimen de guarda y custodia que no perjudique los intereses de ninguna persona relacionada con el proceso, especialmente de las que parten de una peor posición que son, por este orden, los menores y las mujeres. También pensamos que es importante no incrementar el dolor y el nivel de conflicto de quienes se divorcian y de sus hijas e hijos. La experiencia de una ruptura familiar es, sin duda, una de las más difíciles en la vida de muchas personas.
Nunca hemos pretendido la custodia en exclusiva para las mujeres. Pedimos que en ningún caso se pueda imponer la custodia compartida si no es por voluntad y mutuo acuerdo de las partes. Solamente si ambos progenitores negocian y acuerdan las condiciones en que esta nueva forma de convivencia va a producirse, podrá garantizarse la estabilidad necesaria.
(…)
Existe un problema económico de fondo relacionado con el divorcio que afecta tanto al uso de la vivienda familiar como a la fiscalidad tras la ruptura matrimonial. Quienes proponen la custodia compartida por imposición judicial, en cierta medida, aunque desde luego no abiertamente, abogan por la utilización del cuidado cotidiano de los menores como una solución para la situación económica de los progenitores. Se puede llegar a pensar que estas posiciones están más relacionadas con la posibilidad de poder ahorrarse gastos de vivienda habitual, disminuir la cuantía de las pensiones de alimento y poder beneficiarse de las deducciones fiscales relacionadas con las responsabilidades familiares, que con el bienestar de los menores.
Se ha llegado a insinuar que las mujeres piden la custodia por motivos económicos. Nada más lejos de la verdad. Estudios realizados en este sentido demuestran que, inmediatamente después de una separación, ambos cónyuges pierden poder adquisitivo. Sin embargo, en el largo plazo, quienes más empobrecidas se quedan son las mujeres. Probablemente no podemos atribuir esta consecuencia al hecho de tener la custodia en exclusiva, sino a un complejo entramado de factores que determinan la discriminación laboral y económica que sufrimos las mujeres. Lo que es absolutamente falso es que el desempeño de la custodia le sirva a nadie para enriquecerse.
(…)
La custodia compartida por imposición judicial, en ningún caso es una medida que vaya a contribuir a la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. La igualdad de oportunidades nunca se conseguirá a través del método de tabla rasa para todo el mundo. Sólo a partir de un riguroso análisis de las necesidades y expectativas de mujeres y hombres, pueden promoverse medidas a favor de la igualdad. No hay nada más injusto que tratar de igual manera dos situaciones que tienen profundas diferencias de partida, como es el caso de las relaciones de mujeres y hombres tanto con la atención y cuidado a los menores, como con la posición social y económica de ambos tras la ruptura matrimonial.
El reparto equilibrado entre mujeres y hombres de las responsabilidades familiares y domésticas es una de las reivindicaciones del feminismo y uno de los objetivos de las políticas de igualdad desde hace ya muchas décadas.
No se puede sospechar, por tanto, que nuestra posición sea una treta para mantener el derecho exclusivo de las mujeres respecto de la atención y cuidado cotidiano de los menores. No resulta creíble tampoco que estemos oponiéndonos a la custodia compartida para defender los derechos económicos de las mujeres, que siempre son los más perjudicados en estos casos. Es más lógico pensar que la postura de las personas que abogan por un ejercicio de la custodia de forma responsable se basa en el convencimiento de que los cambios en este ámbito sólo son posibles con la complicidad de toda la sociedad, de hombres y de mujeres. Hay que desconfiar, por el contrario, de aquellos que prefieren la imposición judicial antes que sentarse a negociar con quienes deberán compartir la atención, el cuidado y la educación de sus hijas e hijos.
(…)
Publicado en El País en Junio de 2005
No se porqué repito estos argumentos que evidentemente no convencen a nadie. Al menos, no son estos los argumentos que parecen haber inspirado la decisión que acaban de tonar las Cortes de Aragón. Tengo algunos más, porque cinco años dan para mucho: (Custodia compartida. enésima parte, Debates circulares y Custodia Compartida). Me consta que hay mujeres en Aragón que piensan igual que yo, y probablemente no pocas, pero se han quedado casi sin representación parlamentaria en su asamblea autonómica.
Sólo añadir mi extrañeza frente al hecho de que en un marco como el derecho aragonés de familia, en el que se atribuye un valor al pacto entre cónyuges de derecho aplicable, que incluso pueden llegar a pactar sobre las condiciones que regirán una futura ruptura matrimonial de forma diferente a como establece el derecho civil general en, por ejemplo, la venta de inmuebles, sin embargo, se haya regulado la custodia compartida preferente sin necesidad de concurrencia de acuerdo de las partes. Pero seguro que este tipo de cosas, también importan poco. ¡Qué mundo!
.....
Un Comentario en “Custodia, perdón, otra vez.”
PD. Aviso a navegantes.
Si vas a proponer un comentario defendiendo la custodia compartida puedes ahorrarte el trabajo. En este caso concreto no pienso autorizar ningún comentario en este sentido. Creo que es suficiente con la publicidad que sobre este tema han hecho las Cortes de Aragón y los medios de comunicación en general, incluyendo la tele pública que no se ha molestado en recoger ninguna de las opiniones contrarias a esta regulación. Si ellos pueden, yo también.
El mínimo proceder del Consejo de Colegios antes de emitir ningún comunicado (...)
En España, como en EEUU donde se inició, se ha venido infiltrando de forma (...)
Asociación de custodi@s afectad@s por los Puntos de Encuentro y por el (...)
La realidad del SAP va más allá de si es o no es una categoría aceptada por (...)
Más de una veintena de organizaciones de mujeres advierten de que el (...)
Observamos con enorme preocupación el aluvión de información que se difunde a (...)