Por Victoria Sendón de León
Cuando a finales de marzo Marks & Spencer decidió cerrar todas sus tiendas en la Europa continental, reduciendo unos 5.000 puestos de trabajo, sus acciones subieron inmediatamente en todas las bolsas europeas. Por las mismas fechas Danone eliminó seis de sus fábricas y con ellas casi 2.000 empleados, y no porque perdiera dinero, como alegaron los primeros, sino porque no habían llegado a ganar todo lo previsto cuando la cifra de beneficios del 2000 se estimaba en unos 100.000 millones de pesetas.
España vende su empresa pública de armamento Santa Bárbara a la compañía estadounidense General Dynamics por 832 millones, pero esta privatización nos va a costar -misteriosamente- 25.000 millones de pesetas. A su vez, uno de los copresidentes del BBVA critica la iniciativa de algunos países de América Latina por imponer gravámenes sobre las transaciones financieras, ya que "supone una vuelta atrás".
Por otra parte, la Corte Suprema de Hiroshima dictaminó que Japón no tendrá que indemnizar a las 200.000 mujeres que fueron obligadas a ejercer de esclavas sexuales con los soldados del Ejército Imperial durante la II Guerra Mundial al anular una sentencia contraria emitida en 1998 por un tribunal de rango inferior que así lo prescribía.
Según un informe reciente de la ONU, en Rusia existen unos 620.000 huérfanos sociales - abandonados por sus padres y por el Estado- que son utilizados por las mafias de la prostitución y la pornografía infantil, pero lo peor del caso es que muchos de estos niños consideran estos abusos como una "carrera prestigiosa" y el único modo de ganar dinero, ya que no tienen ninguna otra preparación. Las ONG que trabajan en la zona "sospechan que el hecho de que la policía rusa sea tan remisa a actuar se debe a que no quiere incomodar a las mafias en una actividad criminal que no es demasiado desestabilizadora para el Estado". La apertura de fronteras en Rusia ha favorecido enormemente el turismo sexual, sobre todo para los "civilizados" ciudadanos de los países nórdicos.
Si he de responder a la pregunta de qué es la Globalización he de decir que, en un sentido amplio, supone la apertura de fronteras, la libertad absoluta de mercados y transaciones financieras, la información y operatividad al instante a través de Internet. Pero si tengo que concretar en qué consiste la Globalización de hecho gestionada por el neoliberalismo, diré que es todo esto a lo que me acabo de referir y cosas aún peores. La realidad es que la Globalización está ahondando más y más las desigualdades, no sólo las sociales y económicas, sino también las provocadas por razón de sexo.
La fundamentación teórica del neoliberalismo procede del axioma proclamado por Adam Smith de que "el mercado lo regula todo". Tal vez su ingenuidad le llevara a afirmar que las decisiones individuales en el mercado tendrían resultados beneficiosos para la sociedad en su conjunto, y que el propio interés dentro del marco capitalista contribuiría sin duda al bien general. Tal vez no contara con la psicología del especulador que lo quiere todo y a corto plazo. El lema de estos individuos es "¡Después de nosotros, el Caos !" La prueba es otra noticia a añadir producida en las mismas fechas a las que me he referido : Bush se niega a ratificar el Protocolo de Kioto para reducir la emisión de gases contaminantes a la atmósfera porque ello perjudica a la industria norteamericana. El cambio climático y sus colaterales cataclismos, las epidemias que pueden extenderse por todo el planeta o la reducción de la capa de ozono le importan un bledo. El enriquecimiento inmediato y la depredación feroz son los pilares sobre los que se sustenta su demencial política económica.
La Globalización supone la unión perversa de un capitalismo salvaje con un colonialismo de nuevo cuño, no ya de los antiguos imperios sobre las tierras conquistadas, sino del capital sin fronteras contra todos. Ellos se llevan los beneficios mientras que el resto de la población cubrimos sus pérdidas y riesgos. A esta sagrada unión hay que añadir la concentración de los medios de comunicación en muy pocas manos, manos sucias por cierto de los propios magnates de la especulación más descarada. El colmo de semejante situación sería que un personaje como Silvio Berlusconi llegara a gobernar un país como Italia, que seguramente sería administrada a través de las empresas interpuestas que inventa todos los días. Puede ser hasta probable que los impuestos de los italianos fueran a parar a los paraísos fiscales de las Islas Vírgenes o de las Bahamas.
Si analizamos las noticias recientes podemos comprobar qué es la Globalización gestionada por el neoliberalismo : Cuando una empresa suprime mano de obra, lanzando a miles de gentes al desempleo, suben las acciones de esa empresa en bolsa, porque cuantos menos salarios más beneficios. Los beneficios no se calculan ya por las ganancias concretas, sino por la previsión de esas ganancias, es decir, que lo importante no es ganar, sino ganar todo lo posible para aumentar el reparto entre los principales accionistas. Al neoliberalismo ya no le interesan los beneficios, sino "crear valor", es decir la ganancia a través de acciones. La prueba es que en el primer trimestre del año las multinacionales ya han anunciado hasta 600.000 despidos. Si se privatiza una empresa nacional, las condiciones son tan beneficiosas para el comprador que a los ciudadanos nos cuesta dinero, a cambio de que las ganancias le sean garantizadas. Las grandes corporaciones, como los bancos, que se dedican actualmente a la diversificación de su capital y a las transaciones especulativas, consideran un salto atrás el tener que contribuir con ciertos impuestos o tasas por dichas operaciones. Pero es que, además, los esquemas de funcionamiento de las grandes empresas cada vez se parecen más a los de las mafias, por eso la apertura de fronteras y la venta por Internet se están aprovechando para el lucrativo negocio que suponen la prostitución y la pornografía, sobre todo infantil. Y en esto quienes sin duda salen perdiendo son las mujeres del mundo, carne de proxenetas y de clientes seguramente muy honorables socialmente. En España el 45% de las páginas web visitadas son de pornografía, que además alcanzan la mayor proporción de venta por Internet. Con esta cínica mentalidad no es extraño que la Corte Suprema de Hiroshima anule la sentencia que obligaba al Estado japonés a indemnizar a las mujeres que fueron utilizadas como esclavas sexuales.
¿Cuándo comenzó todo esto ?
Los esquemas de dominación en sí debieron de comenzar en la noche de los tiempos, posiblemente cuando a aquel gorila de "2001. Una odisea del espacio" se le encendió la bombilla de una incipiente inteligencia y utilizó el fémur de un mamut para liquidar al primer congénere que se le puso a mano. Pero, en fin, digamos que el capitalismo desde su inicio llevaba la semilla de lo que es hoy la Globalización, que se ha iniciado cuando las condiciones han sido propicias. Cuando más claramente comenzamos a ver sus síntomas fue en la década de los ochenta durante los gobiernos de Reagan y de la señora Thatcher en Europa. Un fantasma recorrió el mundo : el paro. Y no un paro coyuntural, sino estructural. Los sindicatos comenzaron a perder terreno y las corporaciones a ganarlo gracias a leyes cada vez menos restrictivas para las grandes ganancias y la acumulación de capitales. Pero la puntilla fue la caída del muro de Berlín y todo el bloque soviético con el consiguiente triunfo económico, político y psicológico de un solo modelo de mundo, a lo que vino a sumarse la implantación de Internet en todos los ámbitos de la sociedad.
Estas circunstancias dieron lugar a lo que vino en llamarse "El Pensamiento Único", cuya primera formulación teórica fue el libro escrito por Francis Fukuyama "El final da la Historia y el último hombre", cuya tesis fundamental consiste en demostrar que la dialéctica de la Historia nos ha llevado, necesariamente, al triunfo de una sociedad unificada por el consenso respecto a lo que el autor define como "la democracia liberal", -una vez superados el fascismo y el comunismo-, considerada como el único mundo posible, lo que confirma que hemos llegado al final de la Historia, pero no porque no vayan a seguir sucediendo más y más cosas, sino porque el modelo conseguido es el más perfecto que cabe alcanzar, ya que "la tecnología hace posible la acumulación ilimitada de riqueza, y con ello la satisfacción de una serie siempre en aumento de deseos humanos", confundiendo progreso humano con desarrollo tecnológico, acumulación ilimitada de riquezas con felicidad, y deseos, con cualquier clase de caprichos que el dinero y la tecnología nos puedan proporcionar al margen de una mínima justicia social. Un imbécil, pero esta imbecilidad es la que rige el mundo actual. Pero lo peor es que no es por imposición, sino por consenso.
Un consenso forzado hasta tal punto que desde la izquierda se vienen inventando "terceras vías" para aplicar políticas económicas de derechas, pero salvando la cara. Su principal representante teórico es Anthony Giddens, aunque ya están apareciendo voces discrepantes, como la de Ulrich Beck que pronostica que, por este camino, el Tercer Mundo será el porvenir del Primer Mundo por una pobreza generalizada, al contrario de lo que proponía Fukuyama, que auguraba el paso de los pueblos del subdesarrollo hacia el modelo único de democracia liberal. La derecha también se sube al carro de la tercera vía, con etiquetas de centrismo y cosas por el estilo, para situarse en esa banda indefinida que justifica cualquier decisión oportunista.
El gran problema es que estamos dominados por un consenso que nos viene por la desinformación, publicidad y propaganda ejercidos por los medios de comunicación ; por la pasión desmedida de consumir y por la falta de otros valores y de cualquier otro modelo de mundo en el que existan a la vez la justicia y la alegría del corazón humano. Parece como que no existiera otra posible salida. Todo se desarrolla como un presente continuo en el que no existe otra posible novedad que la continua novedad sin cambio. También nos han hecho confundir estos dos términos. Es lo que Lipovetsky llama "el imperio de lo efímero" a través del consumo y la comunicación de masas : "La seducción y lo efímero han llegado a convertirse en los principios organizativos de la vida colectiva moderna (...) Y la moda se presenta ante todo como el agente por excelencia de la espiral individualista y de la consolidación de las sociedades modernas".
En esta "hoguera de las vanidades" en la que creemos que las mujeres hemos alcanzado nuestras metas reivindicativas y de emanciapación, resulta que el 98% de las riquezas de la tierra están en manos de los hombres y sólo el 2% pertenece a las mujeres. Que las 225 "personas" más ricas del mundo acumulan el mismo capital que los 2.500 millones más pobres, pero resulta que esas 225 personas más ricas son varones y de los 2.500 millones de entre los más pobres el 80% son mujeres. En armamento se gastan 780.000 millones de dólares frente a los 12.000 millones que se gastan en la salud reproductiva de las mujeres. En la prostitución infantil, el 90% son niñas y los beneficiarios en un 100%, hombres. En las guerras de la ex- Yugoslavia ha retornado el esclavismo sexual, de modo que en Kosovo las mujeres vendidas a sus proxenetas eran hacinadas en barracones inmundos y estaban obligadas a recibir una media de treinta clientes por noche, en su mayoría soldados y mandos de la OTAN, así como miembros de las ONGs, según denunciaron en su día James Petras y Mujeres de Negro. Y esto sin hablar de los campos de refugiados, ocupados por mujeres y niños, ancianos y enfermos, o de la situación desesperada de las mujeres en Afganistán. El empobrecimiento extremo y las guerras étnicas y de religión son también producto o táctica de la Globalización en relación a una población que interesa más que se maten entre sí o que se ocupen de sus paranoias internas de sangre, territorios, tradición, lengua y otras urgencias que distraen de la política económica internacional y confunden sobre quién sea el verdadero enemigo.
Estructuras de la Globalización
El poder económico ya no es un poder piramidal mucho más fácil de detectar y combatir, no. Ahora está organizado en redes que actúan en la mayor oscuridad y con la mayor impunidad. Sin embargo, se han venido creando una serie de organismos internacionales que han facilitado que las cosas puedan ser así. Las redes del capitalismo neoliberal las han ido organizando a fin de protegerse de cualquier posible obstáculo y reforzar sus ya inmensos poderes, que a su vez van restringiendo más y más el poder político con la consiguiente devaluación de la democracia. Voy a señalar algunos de los organismos más importantes.
Después del crack del 29, el pánico de los mercados financieros dio lugar al BANCO INTERNACIONAL DE PAGOS (BIP) fundado en Basilea (Suiza) en 1930 con el fin de atenuar cualquier posible quiebra bancaria que produjera una peligrosa onda expansiva.
Al final de la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar la Conferencia de BRETTON WOODS (New Hampshire) en 1944, en la que participaron los países aliados con el objetivo de regular las políticas monetarias y favorecer así al mercado. De esta conferencia surgieron dos instituciones gemelas : EL BANCO MUNDIAL (BM) y el FONDO MONETARIO INTERNACIONAL (FMI) que han venido a confluir en una política común desde 1979 : La concesión de un préstamo de ajuste estructural conlleva medidas políticas de los Estados favorecidos dirigidas a disminuir el papel del propio Estado a través de privatizaciones y de recortes de gastos sociales, impuestos directos e indirectos, etc. , así como de la restricción de aranceles para fomentar la competitividad y el enriquecimiento de la industria multinacional con la disculpa de equilibrar la balanza de pagos. Frecuentemente estos préstamos favorecen a las capas más adineradas y a los propios dirigentes de países cada vez más emprobecidos y corruptos, cuya población no disfruta de ninguna de las ventajas de dichos préstamos Tenemos miles de ejemplos: Ceaucescu en Rumanía, Duvalier en Haití, Marcos en Filipinas, Mobuto en el Zaire, Noriega en Panamá, Suharto en Indonesia o Milosevic en Servia.
En 1947, se fundó el GATT (Acuerdos Generales sobre Aranceles Aduaneros y Comerciales) para seguir suprimiendo trabas al comercio y a las tarifas aduaneras. Actualmente ha sido sustituido por la ORGANIZACIÓN DEL COMERCIO MUNDIAL (OCM), que se configuró en 1994 en la ronda Uruguay y se firmó el 1 de enero de 1995. Se acordó que los estados miembros ya no puedan poner obstáculos al comercio, y como expresó The Wall Street Journal, "representa otra estaca en el corazón de la idea de que los gobiernos pueden dirigir las economías". La prueba es el golpe de Estado por valor de mil millones de dólares que dio el financiero George Soros contra la libra esterlina. La OCM se reunió en Seattle en 1999 en donde actuaron airadamente los grupos anti-globalización, ya que los países más pobres se dieron cuenta de que todas estas medidas encaminadas al libre comercio sólo favorecían a los países más opulentos.
Otra de las ceremonias más reconfortantes para el poder económico tuvo lugar en 1995 en DAVOS (Suiza) donde se celebró una Reunión de los principales dirigentes políticos con 850 agentes económicos para crear el "ciberespacio de las geofinanzas" sin traba alguna, sin contrato social ni sanciones ni leyes, como glosa Ignacio Ramonet en Le Monde Diplomatique : " ’Los mercados votan todos los días’, estima George Soros, financiero multimillonario, ’fuerzan a los gobiernos a adoptar medidas impopulares ciertamente, pero indispensables. Son los mercados los que tienen sentido de Estado’ . A lo que responde Raymond Barre, antiguo primer ministro francés y defensor a pesar de todo del liberalismo económico : ’¡Decididamente no se puede dejar el mundo en manos de una banda de irresponsables de treinta años que no piensan más que en hacer dinero !"
En aras de la Globalización la ORGANIZACIÓN DE COOPERACIÓN Y DESARROLLO ECONÓMICO (OCDE) está elaborando un marco jurídico de los intercambios a través del ACUERDO MULTILATERAL SOBRE INVERSIONES (AMI) a fin de proteger a las empresas transnacionales de cualquier débâcle originada por sus guerras financieras. Sería como una Constitución para el gobierno económico mundial. Uno de los acuerdos del tratado autoriza a dichas empresas a reclamar daños y perjuicios, ante la justicia internacional privada, a los gobiernos cuya política económica tuviera como efecto inmediato la reducción de sus ingentes beneficios. Todo ello con nocturnidad y alevosía, pues como declaraba Jack Lang en 1997: "Ignoramos quién negocia qué y en nombre de quién". Lo que sí queda claro es que a las corporaciones les están reservados todos los derechos, mientras que todas las obligaciones recaen en los gobiernos, o sea, en los ciudadanos. Entre esos derechos figuran el de invertir en tierras, recursos naturales, telecomunicaciones y divisas sin restricción alguna, de modo que si los gobiernos deciden intervenir, los inversores y empresas tendrían que ser indemnizados, pero no sólo, sino que literalmente se añade en el capítulo de "Derechos de los inversores" : "La pérdida de una oportunidad de beneficio sobre inversiones sería un tipo de perjuicio suficiente para dar derecho a una indemnización al inversor". Y, como remate, también los gobiernos tendrán la obligación de defender a las multinacionales de cualquier tipo de desórdenes civiles como protestas, boicots o huelgas. Sin embargo, los sindicatos, más que cuestionar o enfrentar el Acuerdo en sus fundamentos, se han contentado con proponer una "clausula social" para suavizarlo. Clinton no fue capaz de firmar este Acuerdo, pero es muy posible que Bush sí lo haga. De este modo, los gobiernos no serán más que meros gestores de las multinacionales, y la libertad de la ciudadanía se reducirá a la libertad de consumir.
Ante semejante panorama, Susan George pronostica en su obra "El Informe Lugano": "Abandonado a sí mismo, el sistema económico creará demasiados pocos ganadores y demasiados perdedores ; llevará a la sobreproducción y al infraconsumo, a la destrucción ecológica, a concentraciones de riqueza cada vez mayores y a un rechazo cada vez más grande de los no aptos".
Efectos psicológicos de la Globalización
Una cuestión clave en esta nueva situación consiste en indagar si el neoliberalismo, que ataca de esta forma a instancias e intereses colectivos, puede dejar indemne al individuo-sujeto.
Aparejado al sistema neoliberal ha aparecido en el horizonte cultural la postmodernidad, que si en un principio significaba la superación del pensamiento metafísico y suponía un cambio en el estatuto del saber, sin duda ha derivado en el "todo vale" de un consenso acrítico. Al ser superados los grandes discursos de legitimación, sobre todo los políticos y los religiosos, y al ser sustituido el concepto de ciudadano por el de consumidor, hemos caído en el peligro que ya adelantaba Lyotard : "El antiguo principio de que la adquisición del saber es indisociable de la formación (Bildung) del espíritu, e incluso de la persona, cae y caerá todavía más en desuso" .
Un efecto inmediato ha sido la sustitución de la comunicación por el concepto de información a través de la Red ; así como el saber, unido a la formación y a la experiencia, ha sido atomizado en pequeñas parcelas de conocimiento. Ya no existen grandes sistemas de referencia, y en este vacío se establece una nueva relación en la que neoliberalismo es a economía lo que postmodernidad es a cultura.
Pues bien, ser sujeto implica tanto "ser uno mismo" como "ser con los otros", es decir, el desarrollo de la individualidad junto al desarrollo en comunidad. Pero también ser sujeto (subjectus) significa el que está sometido, sometido a grandes constructos simbólicos que nos sirven como referentes, algo que Lacan nombra como el Otro. Un otro que ha significado en diversas etapas o contextos la Naturaleza, Dios, el Rey, el Pueblo, la Raza, la Nación o la Ciudadanía. Pues bien, ninguno de estos referentes existen ya con el suficiente prestigio en nuestras sociedades postmodernas, mientras que otras más arcaicas se aferran a contenidos étnicos o religiosos para investirse de una supuesta identidad.
Las generaciones actuales han perdido en gran medida una vinculación moral o ética porque éstas han de llevarse a cabo "en nombre de", y ya no existe ese nombre del Otro para sustentarlas. El único referente es uno mismo, lo cual afecta de modo distinto a mujeres y a varones. Aunque el referente sea la inmediatez absoluta consigo mismo en una especie de delirio narcisista, el varón, por tradición, desarrolla más el ego, el "ser uno mismo" por encima de todo ; mientras que la mujer sigue anclada en "ser para los demás" con proyectos más afectivos y relacionales que individualistas. Sin embargo, como el referente del sí-mismo es endeble por naturaleza, ambos fluctúan entre la exaltación del triunfo personal y la depresión del fracaso. El triunfo o el fracaso en el espacio público para el varón, y lo mismo en el espacio íntimo de los sentimientos para la mujer por muy incorporada que se encuentre a ese espacio público que en gran medida le es ajeno. En esos vaivenes es fácil que estalle la violencia entre los jóvenes y otra violencia hacia sí mismas entre las chicas con síntomas de anorexia o de pérdida de la autoestima. Así pues, se va forjando un sujeto esquizoide entre la exaltación y la depresión. Este sujeto esquizoide es en parte víctima de una educación demasiado liberal que no acierta al imponer los límites.
Un filósofo francés actual, Dany-Robert Doufur escribe : "El sujeto postmoderno parece encaminarse hacia una condición subjetiva definida por un estado límite entre neurosis y psicosis, parece entrampado cada vez más entre melancolía latente, imposibilidad de hablar en primera persona, ilusión de omnipotencia y huida hacia delante en falsos "uno mismo", en personalidades prestadas, es decir, múltiples, ofrecidas profusamente por el mercado". Y aquí está la clave para relacionar estas nuevas personalidades con la Globalización propia del neoliberalismo, en la que los referentes necesarios para la construcción del sujeto parece que no pueden ser otros que los ofrecidos por la relación con el mercado a través del consumo nunca satisfecho. Mercado que también ofrece la posibilidad de aquellas personalidades múltiples a través de la imagen. Eso explica el éxito de programas televisivos como "Gran Hermano" en el que gentes corrientes se hacen famosas y se convierten así en un espejo en el que mirarse.
En este salto cualitativo a la sociedad postmoderna y globalizada, lo que ciertamente ha sucedido es la desvalorización de la figura del Padre, de modo que el complejo de Edipo, por el que nos introducíamos en el mundo simbólico de un Patriarcado que ha ido tomando diversas formas, ha sido sustituido por el complejo de Narciso, lo cual ha servido al feminismo para laminar cierta escala de valores patriarcales, pero que, sin embargo, no ha afectado, en este sentido, tanto a las generaciones jóvenes, que no perciben la discriminación real ni simbólica. Su referencia son ellas mismas, carentes de cualquier sentido histórico, instaladas en la pura inmediatez y sometidas al juego de las apariencias, apariencias que en las chicas son tendentes a imitar a las modelos.
Según Doufur, las consecuencias más inmediatas de este estado de cosas puede derivar en diversas opciones a la búsqueda de un Otro que no aparece con nitidez en el horizonte simbólico de los jóvenes : la pandilla como identificación ; la secta como seguridad ; la toxicomanía como evasión ; la violencia como explosión de una falsa omnipotencia ; la tecnología virtual, que los traslada más allá del aquí y ahora ; y la tecnociencia, capaz de franquear la diferencia genética y de sexo a base de prótesis y metamorfosis que darían lugar a lo que Haraway llama el cyborg.
Un botón de muestra de esta desestructuración del sujeto es la cantidad de crímenes cometidos por jóvenes del tipo "asesinos natos" de Taranttino, incluso en el seno de las familias. En Italia, por ejemplo, este número de asesinatos ha aumentado un 100% en los últimos años, casi todos dirigidos contra la madre. Y en España, los cachorros de ETA siguen el mismo esquema o, mejor, se aprovecha esta situación límite para nutrir sus filas de un ejército de jóvenes sin escrúpulos ni atisbo de culpabilidad alguna. Mención aparte, recordar a las dos menores que acaban de matar a una compañera de colegio para ser famosas y experimentar qué se siente matando a alguien.
Total, que tal vez estemos en el final de un Patriarcado de corte más tradicional, pero en el inicio de otro más terrible en el que no es la figura del Padre la que domina, sino la de una especie de hidra que multiplica sus cabezas cada vez que se cercena alguna de ellas. En este panorama las mujeres no somos los sujetos activos, aunque en muchos casos consintamos pasivamente muchos de los horrores : La amenaza de la biotecnología con su galería de monstruos de repertorio o con los transgénicos ; el agotamiento y la contaminación producida por las energías no renovables ; las guerras contra la población civil y el comercio de armas ; los radicalismos religiosos y étnicos ; el gran negocio de la droga con sus secuelas sociales ; la prostitución y la pornografía infantil ; la venta de órganos ; la quema de los bosques ; el monopolio de las patentes a través de la farmacología ; la extinción de pueblos primitivos ; el flagelo del hambre y la contaminación de las aguas ; el tráfico y explotación de emigrantes y toda la barbarie que nos rodea de modo más o menos visible, más o menos oculta. Los agentes activos son en su mayoría hombres, hombres sin escrúpulos ni sentimientos humanitarios que son a los que me refiero como "los simios locos", locos de ambición, de megalomanía, borrachos de poder y de riquezas, paranoides y asesinos que deberían estar en un frenopático o en la cárcel y que son sin embargo quienes dirigen el mundo : los sátrapas, los señores de la guerra, los capos de la droga, los proxenetas, los líderes religiosos o nacionalistas, los jefes de grandes laboratorios, los grandes banqueros y finacieros, muchos consejos de administración, los presidentes de gobiernos corruptos ... en fin, incontables e innumerables jinetes del apocalipsis. Como realmente están locos, se les empieza a ir de las manos : los cataclismos que ya son evidentes por el cambio climático, las epidemias humanas y animales, las migraciones masivas o las explosiones de violencia incontrolada sin aparente motivo.
Y ante este panorama, me pregunto :
¿Qué podemos hacer las mujeres?
Esta es la eterna pregunta de cualquier grupo político que haya intentado cambiar el estado de cosas y que se haya planteado tácticas y estrategias que guíen su lucha. Y al decir mujeres incluyo también a muchos hombres que no estén en el bando del Patriarcado ni en la lucha hobbesiana.
Este apocalipsis que he venido exponiendo es, por desgracia, real, pero no es toda la realidad ¡ afortunadamente ! La Globalización nos ha traído también beneficios que en parte ya estamos utilizando, como la informática y la facilidad para comunicarnos, la democratización de la información y la posibilidad de formar redes a través de Internet, una herramienta indispensable que deberíamos potenciar más y más. Muchas campañas, sólo posibles en la urgencia de la inmediatez, se llevaron a cabo a través de redes de mujeres, e incluso el debate de ideas está renaciendo gracias a ellas. Se están visibilizando muchas realidades que los "medios" ocultan o ignoran, pero también podríamos potenciar otras funciones que actualizarían la olvidada democracia participativa.
Un ejemplo a tener en cuenta es el del movimiento zapatista (EZLN), la primera guerrilla postmoderna, sin grandes relatos de referencia, pero de una gran eficacia por haberse difundido a través de la redes, ganando así la batalla de la opinión pública y dándonos una lección de lo que puede significar esa democracia participativa a la que me refiero.
La Globalización gestionada por el neoliberalismo rebaja sin duda las cotas de democracia alcanzadas en Europa. Cuando se firme el AMI, esa Constitución económica a la medida de las altas finanzas, podemos sufrir un auténtico descalabro en relación a las libertades conseguidas, por ejemplo. Sin embargo, no tengo noticias de que el tema se haya tratado en ninguno de los parlamentos españoles. Los políticos tienen cada vez menos poder y, por tanto, los ciudadanos, que somos sus representados. Por otro lado, las mujeres políticas están a punto de conseguir la "paridad", un término que ha hecho fortuna, pero cuyos resultados no son muy evidentes, ya que estas mujeres "que son metidas en las listas" sólo están ahí para obedecer las directrices de los que realmente tienen poder dentro de los partidos y producir así la ilusión ilusa de que hemos llegado. Sin embargo, la paridad sólo tendrá sentido cuando las representadas formemos un importante frente de opinión pública y exijamos que ellas actúen en nombre nuestro. Ahora mismo es posible realizar este propósito gracias a Internet y a las redes, que pueden presionar todos los días y durante las veinticuatro horas bombardeando los correos electrónicos de diputadas, concejalas, consejeras y eurodiputadas con propuestas y preguntas que han de ser respondidas. La única forma de que la paridad tenga algún sentido es elevar a nuestras representantes al rango de portavoces de las mujeres. De lo contrario, nunca tendrán poder dentro de sus partidos ni en la política local o general. Es decir, que la paridad no es suficiente ni eficaz si no pasamos a construir una democracia participativa. De este modo, además, lucharemos contra la Globalización entendida como hasta ahora, uno de cuyos objetivos claros es la devaluación de la política por una inflación del economicismo que lo invade todo.
Susan George, en el Anexo de su Informe, cuando propone una serie de alternativas, escribe: "La más eficaz es dar educación y posibilidades de elección a la mujer, algo imposible con los programas de austeridad y ajuste estructural vigentes." Imposible según la lógica del FMI y de BM, pues cuando conceden un préstamo a un país con grandes carencias, lo primero que se le exige es el recorte en gastos sociales, lo que supone que ese país no saldrá nunca de su pobreza, pero existen ONGs que se dedican a dar microcréditos a las mujeres, que normalmente cumplen, pagan y van sacando a sus familias adelante. Sin embargo eso tampoco debe interesar mucho a determinados organismos que deberían precisamente remediar esas carencias, pues anteriormente a su conclusión, Susan George nos relata una anécdota muy significativa : "A mediados de 1994, como presunta experta en cuestiones Norte-Sur, me invitaron a hablar en un coloquio de la UNESCO sobre ’¿Qué ha pasado con el desarrollo ?’ Estaba presente el director general de la organización". Pues bien, Susan George, después de demostrar que todo estaba saliendo según lo previsto porque las desigualdades iban profundizándose, el medio ambiente deteriorándose y la educación y la sanidad privatizándose o desapareciendo para poner en evidencia el cinismo y la hipocresía de los grandes organismos internacionales, añade : "Al lector apenas le sorprenderá saber que no me han vuelto a invitar, pero al menos no participé en juegos estúpidos". Y ligo esto con una noticia aparecida en LA VANGUARDIA el 1 de abril que titula así : "Las ONG crean en Barcelona una red global para tener una sola voz ante las superpotencias". Esta convocatoria ha sido realizada por el señor Mayor Zaragoza a fin de que la unión entre las grandes ONGs facilite un diálogo "que evite reacciones violentas o manifestaciones aisladas" y de este modo "oponer la cultura del diálogo y la comprensión a la cultura de la fuerza y la imposición". Y la verdad es que no sé cómo interpretar estos planteamientos grandilocuentes y generalistas, pero la propuesta en sí ya me parece una trampa : "La integración de grandes conglomerados económicos, políticos y mediáticos a escala internacional aconseja, con el fin de obtener el equilibrio deseable, la creación de una asociación similar de la sociedad civil", lo que me suena a intento descarado por controlar precisamente a esa sociedad civil a través de las ONGs, a las que tratarán de convertir en grandes organizaciones burocratizadas y subvencionadas, dispuestas a seguir órdenes y aceptar consejos y directrices.
La verdad es que ya existen muchas organizaciones que intentan hacer un frente común, como hemos podido comprobar en la reunión de Porto Alegre, que coincidió con el último Foro Económico Mundial en Davos. Y no digamos en el movimientos de mujeres, tal como se vio en Pekín en 1995 y recientemente en la manifestación de Bruselas del 14 de octubre del 2000, en la que 25.000 mujeres europeas y también kurdas, afganas, argelinas y de otros países del mundo árabe se unieron en contra de la "política neoliberal", conscientes de que la pobreza, de la que son las principales víctimas, constituye la mayor lacra del mundo actual. Pepa Roma, en su magnífico libro "Jaque a la globalización", realiza un exhaustivo recorrido por los movimientos de mujeres que luchan en el Mundo, no tanto contra la Globalización, sino a favor de una globalización de la justicia, como la juez sudafricana Navanethem Pillay, o de la paz, como la norteamericana Jody Williams, impulsora de la Campaña anti-minas.
Estoy convencida de que las mujeres tenemos por delante una lucha antiglobalización propia, dado que también desempeñamos un papel muy específico como impositoras, asalariadas, consumidoras y generadoras de opinión pública. La política de la globalización neoliberal es algo que nos incumbe en todos los aspectos de la vida cotidiana por sus múltiples frentes, por lo que tendremos que luchar en red, estableciendo tanto una resistencia como una reacción también globales. Desde consumir productos biológicos o del Comercio Justo a negarnos a ser medicalizadas con fármacos cuyas contraindicaciones son espeluznantes, sobre todo los neurofármacos. Tendríamos que presionar para que la homeopatía y la acupuntura estuvieran incluidas en la Seguridad Social o utilizar en red todos los organismos de protección de los consumidores o de reclamaciones de los ciudadanos.
Y aun iría más lejos. Tal vez tendríamos que plantearnos la creación de sindicatos, no de clase, sino de género, ya que la feminización de la pobreza es un hecho que nos afecta de modo alarmante y creciente, al igual que la violencia contra las mujeres ; así como proponer que el BANCO MUNDIAL DE LA MUJER pudiera establecerse como un auténtico banco, más allá de su mera función de Fundación.
Se trata, en definitiva, no de una vuelta atrás en la Globalización, sino de una reformulación de la misma. El reto consistiría en liberalizar aquellos sectores a los que nunca llega : a la democracia, a los derechos humanos, al medio ambiente, a la paz, a las oportunidades para las mujeres, a la educación y a la sanidad, por ejemplo.
Mientras tanto, sólo nos queda seguir luchando cada una en su parcela, pero con los ojos bien abiertos, y teniendo en cuenta quién es el enemigo y cómo defendernos de sus zarpazos. Ya sé que es una exageración, pero tal vez nos incumba el destino, en este momento histórico, de salvar a la especie humana en este planeta de simios locos.
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