Refugiadas iraquíes víctimas del tráfico de mujeres en Siria

Hoy el periódico La Vanguardia publica un artículo de Gemma Saura escrito desde Damasco titulado "El barrio de las viudas" donde cuenta la vida en Sayeda Zainab, un suburbio de Damasco (Siria) donde se está ubicando la población refugiada iraquí que huye de la guerra.

Agradezco a Gemma la perspectiva de género en su información sobre la situación de esta población refugiada. Transcribo un trozo de la crónica ya que con esta manía de cerrar contenidos que tiene La Vanguardia el texto no es accesible al completo.

Aunque han dejado atrás la sobra de la muerte, bombas, tiroteos y secuestros, el éxodo no sabe a paraíso. Los iraquíes tienen acceso gratuito a la educación y a la sanidad siria, pero no están autorizados a trabajar, así que dependen de sus ahorros o de la caridad, o bien deben trabajar ilegalmente.

En los zocos, los tenderos están acostumbrados a que les ofrezcan "pasar un buen rato" con chicas iraquíes, que llenan los prostíbulos sirios. Es un drama -dice Rana, una joven periodista iraquí y activista de Derechos Humanos- Siria se está convirtiendo en el centro de distribución de tráfico de mujeres en Oriente Medio. De aquí las envían a los países del Golfo. Rana también habla de la prostitución secreta: mujeres que reciben a sus clientes en una habitación de su casa, con maridos e hijos al corriente, pero escondidas de los vecinos.