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AHOTSAK, Mujeres Vascas por la paz. Madrid

Presentación en Madrid el 17 de diciembre 2006

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Lugar: Ateneo de Madrid Hora: 12 horas
Calle del Prado, 21

Nekane Alzelai, Kontxi Bilbao, Aintzane Etzenarro, Gemma González de Txabarri, Jone Goirizelaia y Gemma Zabaleta


Mujeres con mucha voz

El colectivo transversal Ahotsak quiere actuar como blindaje del proceso de paz ante las dificultades y el bloqueo

IGNACIO OROVIO/La Vanguardia

Un coro pide a voces que el conflicto político vasco se cierre. Que haya paz. El coro tiene cientos de voces y se llama Ahotsak: voces, en euskera. Aquello que une. Voces agudas: todo mujeres e insistentes, voces de todo Euskadi, Navarra y el País Vasco francés, con eco en Catalunya y Galicia. Voces de todos los tonos menos una; las de la derecha (española y francesa) no quieren cantar.

Mujeres de todos los partidos, sindicatos, entidades y pueblos se han unido en una plataforma transversal, transfronteriza y sólo femenina que quiere ser un blindaje del proceso de paz, un denominador común que garantice que si la negociación se detiene, ellas se hagan oír para que siga. Ahotsak reunió ayer a alrededor de 2.000 personas en el Palacio Euskalduna de Bilbao, en su último acto de presentación pública, que quiso ser, pese a las detenciones y las tensiones, un impulso más. Un grupo de abogadas, juristas y militantes de distintos partidos catalanes viajó hasta Bilbao; entre ellas, las diputadas Mercè Pigem (CiU), Dolors Camats (ICV), Rosa Bonàs (ERC) y Mila Arcarons (PSC.

Son básicamente hombres quienes participan en la negociación (sólo Batasuna tiene una representante) y son ellos quienes avanzan o, como ahora, se detienen. Ahotsak quiere ser la voz unánime que impulse a seguir, que pegue un grito en el mal momento. Pero no es sólo eso. El documento fundacional de Ahotsak ha sido señalado por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, como un guión para el proceso.

Las impulsoras de este coro, presentado en abril, al poco de decretar ETA la tregua, son Gemma Zabaleta, diputada socialista, y Jone Goiricelaia, ex diputada de la ilegalizada Batasuna. Ambas han dado fuerza a un movimiento que ha crecido como una ola de aceite, impregnando a mujeres pueblo a pueblo, entidad a entidad, todas a título individual, sin siglas. "Desde el primer momento vimos que si el PSE y Batasuna se acercaban sería todo más fácil. En otros momentos se encomendaba todo al PNV y los socialistas, y el PP quedaban al margen", explica Zabaleta, para quien el valor cualitativo del actual proceso de paz, el elemento diferenciador, es que lo tutela e impulsa el Gobierno, en colaboración con todos los partidos, con la autoexclusión del PP.

Ahotsak tiene ahora un núcleo central de unas veinte mujeres y más de cinco mil adhesiones. En Catalunya se ha formado el grupo Dones per Ahotsak, que quiere ser otro hombro arrimado al proceso. Mientras los representantes del PSE, Batasuna, PNV, EB-IU y Aralar debaten cómo crear una mesa de partidos, qué propuestas llevar a la misma, hasta dónde se puede avanzar, qué es tabú y qué no..., ellas han lanzado un texto en el que definen la consecución de la paz como prioridad y abogan por establecer las condiciones que garanticen el desarrollo de cualquier proyecto político, por "vías políticas y democráticas", incluso si ello conlleva un cambio en el marco jurídico-político si así lo decide libremente el pueblo vasco.

El camino hacia la reconciliación

Olatz y Silvana son de Tolosa, población de 18.000 almas. Son, junto a su convecina y dirigente de EA Onintza Lasa, las impulsoras locales de Ahotsak, pese a que nunca habían tenido relación: la vecindad crea tensión, también política, y es en el Euskadi municipal donde ésta es más palpable. Ahotsak las ha acercado.

OLATZ PEÓN, PNV
"Nosotras tenemos que estar detrás empujando"

Olatz Peón es del PNV y se puso en marcha cuando, poco después de que ETA decretase la tregua, se le planteó formar parte de la agrupación local de Ahotsak: "Pensamos: ¿en qué puede ayudar desde Tolosa un grupo de mujeres? Lo primero fue ponerlo en marcha, presentarlo, y el éxito fue sorprendente, vinieron unas 140 personas". "Yo siempre he sido del PNV, aunque en mi cuadrilla predomina la izquierda abertzale. Ponerte un color limita, es verdad. Nunca nadie me ha vuelto la cabeza... Bueno, alguna vez...". "Aquí todos tenemos nuestra historia, y ves dolor en los dos lados. Cada uno lleva su mochila, y creo que las mujeres hemos tenido un padecimiento distinto en este conflicto. Por eso, también tenemos algo que decir, como Ahotsak queremos ser algo así como la voz en off".

"Los partidos están liderados por hombres, pero somos las mujeres las que hemos logrado el documento con mayor consenso, creo que nosotras tenemos más capacidad para el acuerdo. También creo que el proceso es imparable y que nadie soportaría volver atrás. Hay que seguir. Y nosotras tenemos que estar detrás, empujando".

"Exigimos los mínimos del documento de Ahotsak, nuestras exigencias como pueblo son tan básicas que no nos las pueden negar."

"Si nos hemos juntado en esto es porque nos tenemos un respeto. Aunque en algunos temas no entramos todavía".

SILVANA. Izquierda abertzale
"No podrá ser que el PSOE nos diga que sí"

Silvana - no dice su apellido- decidió entrar en Ahotsak porque la idea le pareció "fresca" y quizás capaz de aportar algo a la paz, en especial en el plano municipal, donde la vecindad subraya todos los malos rollos: "En los pueblos hay tensión. Por ejemplo, nosotros estamos fuera del Ayuntamiento, no podemos participar. Yo soy de la izquierda abertzale y he visto sufrir mucho. Este es un pueblo pequeño, con cada uno en su trinchera y muchos fosos entre ideologías".

"La mujer es la que sostiene los lazos afectivos. Si los que negocian son hombres, ¿qué podíamos hacer nosotras por el proceso? Ahotsak quiere ser un blindaje y, si la cosa se tuerce, decirles: ’¡Eh, chavales! A currar’. Y también es un reto: si entre las mujeres no nos arreglamos, ¿cómo va a ser posible arreglar el conflicto?".

"Ahotsak habla de ’una paz con justicia’ donde todos los proyectos puedan plantearse, habla de Euskal Herria como sujeto político. Con estas bases, el conflicto estaría resuelto, porque es derecho a la autodeterminación y territorialidad. Pero estoy pesimista. Si piensas que va a salir, igual te das una leche. Aunque bueno, yo soy una pesimista preventiva, me digo que no podrá ser que el PSOE nos diga que sí a eso, aunque sean cosas tan de mínimos y obvias como esas".

"Ahotsak es una oportunidad, y se ve en que ahora nos tenemos un respeto. A Olatz ya le tengo un poco de respeto".



2006-12


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