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Las mujeres se convierten en un blanco útil para humillar al enemigo

Clara Rojas y Consuelo González, botín en el conflicto colombiano

Por Gladis Torres Ruiz

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Las mujeres colombianas se han convertido en objetivo militar y en principales víctimas de un conflicto armado en el que son violadas, mutiladas y asesinadas, muchas veces por ser consideradas un "blanco útil para humillar al enemigo", señaló Amnistía Internacional (AI). Clara Rojas y Consuelo González, liberadas recientemente por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), son claro ejemplos de ello.

A través del informe Cuerpos Marcados, Crímenes Silenciados, publicado en 2004, el organismo internacional informó que violaciones, mutilaciones de los órganos genitales, torturas, prostitución, aborto y planificación forzada, son algunos de los problemas que afrontan las mujeres en las zonas más conflictivas del país.

Los grupos armados tratan de inmiscuirse incluso en los aspectos más íntimos de la vida de las mujeres en zonas bajo su control. La guerrilla y los paramilitares establecen toques de queda y códigos sobre vestimenta y humillan, flagelan, violan e incluso matan a aquellas que se atreven a infringirlos.

Según el informe, algunas mujeres y niñas son violadas, agredidas sexualmente e incluso asesinadas por comportarse de una manera que los combatientes consideran inaceptable o por desafiar la autoridad de los grupos armados o simplemente por ser calificadas "blanco útil para humillar al enemigo".

El documento denuncia como uno de los hechos más graves el que los guerrilleros abusen sexualmente de mujeres que han reclutado o secuestrado, las fuercen a utilizar métodos anticonceptivos y a abortar en caso de embarazo.

Por otra parte, en el Encuentro de Víctimas pertenecientes a Organizaciones Sociales que se realizó del 26 al 28 de julio de 2007, en Bogotá, las mujeres que participaron señalaron que en Colombia es necesario que se visibilicen públicamente las prácticas de violencias contra las mujeres, ya que esto permitiría avanzar en los cambios culturales y visibilizar el peso que tienen estas prácticas contra las mujeres.

Además, las activistas enfatizaron en que la violencia contra las mujeres excede el conflicto armado, que la violencia contra ellas está instaurada en las prácticas culturales y discursivas y opera con cierta legitimación social en las prácticas cotidianas y con silencio e impunidad en todos los espacios.

Las mujeres en Colombia no encuentran protección efectiva ni justicia, ni reparación por las violaciones a sus derechos. Constituyen el mayor porcentaje de víctimas sobrevivientes y víctimas directas de distintas vulneraciones, como el desplazamiento forzado, violación, abuso sexual, prostitución, embarazos y abortos forzados. "El cuerpo de las mujeres sigue siendo botín de guerra", enfatizaron.

Igualmente se indicó dentro de este encuentro que hay un hostigamiento a las organizaciones de mujeres; señalamiento, persecución, desaparición, hostigamiento y asesinato de lideres; y en algunos casos, estigmatización por parte de la misma comunidad por su condición de víctimas.

Además, las mujeres han tenido que suplir la negligencia del Estado y han tenido ellas misma que hacer la búsqueda y levantamiento de los cuerpos de sus seres queridos. Las mujeres denunciaron que existe participación de los paramilitares "desmovilizados" en los aparentes procesos de organización e instituciones de atención a las víctimas. CLARA Y CONSUELO

Protagonistas involuntariamente del mismo drama, Clara y Consuelo son un claro ejemplo de lo que se encuentran viviendo las mujeres colombianas, ya que ambas fueron rehenes de las FARC. Tras un largo proceso de negociación, regresaron la semana pasada al mundo del que fueron arrancadas, hace ya 6 años.

Según información de medios colombianos, fue en el año 2001 cuando ocho hombres de una unidad de elite de las FARC, la columna móvil Teófilo Forero, le cortó el paso a Consuelo González de Perdomo (abogada, empresaria, política, congresista y madre de dos mujeres) quitándole la libertad. Su esposo, Jairo Perdomo, murió sin saber más de su compañera.

Consuelo vivió en soledad el ser abuela, sin embargo la noticia del nacimiento de su nieta María Juliana fue transmitida por la radio en uno de los tantos mensajes radiales que las y los familiares de los rehenes transmiten todas las noches, con la finalidad de ayudarlos a resistir su cautiverio.

Para el 2002, la vida en Colombia seguía su curso e Ingrid Betancourt, de origen francés, era candidata presidencial por el Partido Oxígeno Verde (POV), teniendo como directora de su campaña y compañera de fórmula a la abogada Clara Leticia Rojas.

En febrero de ese mismo año medios de comunicación, nacionales e internacionales, reportaban que las dos políticas habían sido secuestradas junto con el equipo de asesores y periodistas que las acompañaban.

Pese a ello, la guerrilla dejó libre al grupo completo, ya que quien realmente les interesaba era la candidata a la presidencia, Ingrid Betancourt, a quien Clara Rojas no quiso dejar sola y decidió quedarse con ella, pero esto no fue suficiente ya que distintos reportes apuntan que las dos mujeres fueron separadas y llevadas a grupos diferentes.

Ahora Clara Rojas, liberada el 10 de enero de este año, relató a W Radio desde Caracas que en su cautiverio intentó fugarse de un campamento de la guerrilla en la selva, junto con la ex candidata presidencial Betancourt, pero que el plan fracasó, ya que se perdieron en la selva.

Después de la fallida fuga, como castigo fueron encadenas por un mes y solamente les quitaban las cadenas para que se bañaran, además la guerrilla les advirtió de los riesgos de escapar en la selva y las intimidó llevándoles un tigre muerto y dejando serpientes y tarántulas en donde dormían.

De la misma manera en dicha entrevista Clara informó que Betancourt fue la primera persona a la que le contó que estaba embarazada, cosa que no pudo hacer con el guerrillero, padre de su hijo Emmanuel, ya que no supo más de él y además le aseguraron que éste había muerto. "No he tenido la oportunidad de comentarle al padre. No tengo noticia de donde está, toda esa situación la afronto yo sola". MADRE EN CAUTIVERIO

El 16 de abril de 2004, Clara Rojas, rehén de las FARC, dio a luz a Emmanuel a través de una cesárea en un campamento rebelde, siendo asistida por manos inexpertas. Sin embargo, a los 8 meses aceptó desprenderse de su hijo debido a las condiciones adversas registradas en medio de la selva, confirmó tras su liberación la abogada a los medios de comunicación

Además, el pequeño estaba enfermo, por lo que según a declarado Clara Rojas ella tomó la decisión de separarse del niño, los rebeldes lo entregaron a José Crisanto Gómez, campesino y albañil de El Retorno, remota localidad en el Guaviare. El tiempo transcurrió y fue hasta junio del 2005 que Crisanto decidió llevar al pequeño al hospital público de la localidad.

El menor fue ingresado con malaria, leishmaniasis, desnutrición y un brazo fracturado, según los registros del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), que al sospechar malos tratos crónicos, retiró la custodia del niño a Crisanto Gómez.

En una entrevista realizada por la revista Semana de Bogotá, Crisanto señaló que hace tres meses el comandante Jerónimo le hizo saber que si no encontraba rápidamente al niño toda su familia pagaría por ello.

Por lo que el campesino a finales del pasado mes de diciembre, ante las amenazas de las FARC para que recuperara a Emmanuel, huyó con toda su familia a Bogotá, donde permanece acogido al programa especial de protección de testigos.

La fiscalía general de Bogotá pretende aún que toda la familia se someta a las pruebas de ADN, por si algún otro menor también hubiera sido entregado por la guerrilla. Mientras todo esto sucedía, Rojas siempre creyó que el niño estaba con su abuela.

La existencia de Emmanuel se conoció en el 2006 y en los últimos días se ha podido reconstruir parcialmente lo ocurrido desde que el pequeño fue separado de su madre y hasta que, el pasado 28 de diciembre, los servicios secretos militares colombianos interceptaron una comunicación entre dos integrantes de las FARC: "Hay que recuperar al niño en Bogotá".

El niño, de casi 4 años, permanece actualmente bajo protección de un instituto gubernamental de protección infantil, al que ingresó en el 2005, después de que los médicos decidieron entregarlo en custodia por el abandono y desnutrición que presentaba.

Sin embargo, tras obtener la custodia temporal, ayer 13 de enero, Rojas se reencontró con Emmanuel, en un video difundido por el ICBF, la ex candidata a la vicepresidencia de Colombia se declaró como la mujer más feliz del mundo, tras reencontrarse con su hijo.

Fuente: CIMAC



2008-01


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